Si me
preguntan la llaga en que la poesía
a latidos negros sale, y en que se retuerce desde sí la tortuosa renovación de sus ideas o plegarias, no diré que viene de nadie.
Viene,
así no más.
Se define mi
vida a lo que desborda al alma, y sufrir, y amar hacinada la tierra con las
hojas viejas
en el sol de
las naranjas, medio morir.
Y tienes un
nombre confuso, y tienes una residencia con días lentos, y llevas la vida sobre tus hombros, como contestaciones
oscuras.
Impulsiva,
me gustas,
Saturada en
dolor.
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